Una postura corporal correcta es fundamental para que el Qi pueda circular libremente por todo el cuerpo a través de los meridianos. El objetivo es conseguir una postura alineada y sin tensiones para que todos los músculos, tendones y articulaciones trabajen en armonía, activando así el correcto funcionamiento de la cadena cinética. Con la práctica, conseguiremos un cuerpo fuerte, resistente, ágil y flexible.